Una buena iluminación es un elemento clave para hacer de nuestra casa un espacio agradable, cómodo y acogedor. ¡No hay nada peor que sentirse en la penumbra cuando uno quiere leer un libro, coser o hacer cualquier tarea de precisión!
Ya hemos visto aquí numerosas lámparas de pie, de techo o de mesa que contribuirán a llenar de luz tu casa, pero a veces, no son suficiente. Los apliques y lámparas de pared Ikea son ideales para iluminar rincones concretos, y resultan menos aparatosas que una de pie o de mesa.
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El tipo de lámpara de pared que uno necesita depende, sobre todo, de lo que se quiere iluminar. No es lo mismo una para poner sobre el cabecero de la cama que para el baño, una de luz general para el pasillo, que otra para poner en la terraza.
En portada podemos ver la lámpara Alang, de diseño clásico, con brazo niquelado y pantalla textil en tonos claros. Confiere una suave luz ambiental, por lo que resulta ideal para cualquier rincón un poco oscuro de salón o dormitorio, y aunque en la foto la vemos a los lados de la cama, yo prefiero en estos casos un haz de luz dirigible sobre el cabecero. Cuesta 21’99 euros.
Otra opción que también es perfecta para el dormitorio (tanto para la zona de la cama -así se liberan de espacio las mesillas- como sobre un escritorio o tocador) es la lámpara de pared Arstid, de 15’99 euros. El cabezal regulable te permite orientar la luz a donde la necesitas: hacia el libro que lees, hacia el techo para crear una iluminación general o hacia una zona concreta de la habitación.
También resultan ideales para el cuarto de baño, las lámparas de pared Ikea Vitemolla, que emiten luz difuminada y son flexibles, pudiéndose montar hacia arriba o hacia abajo. La negra lleva aplique de metal, y la blanca de cerámica, y ambas cuestan 19’99 euros.
Por último, una lámpara genial para exteriores: colocando el aplique Upplid para iluminar el área de entrada a tu hogar le darás un aspecto cálido y acogedor. Cuesta 19’99 euros.